¿Cómo manejar la resistencia de los insectos a los insecticidas?
Antonio Ortiz Álvarez
Ingeniero Agrónomo, Magister en Ciencias Agrarias
Director Unidad de Educación ENTOMA
El manejo de la resistencia de insectos y ácaros a insecticidas y acaricidas comprende un conjunto de estrategias y técnicas destinadas a prevenir, retrasar o mitigar el desarrollo de resistencia en estas poblaciones. Este blog se adentrará en qué es la resistencia, cómo surge y qué estrategias pueden implementarse para prevenirla, retrasarla o gestionarla en las poblaciones de plagas agrícolas.
¿Qué es la resistencia a insecticidas?
La resistencia a insecticidas es la capacidad que tienen ciertas poblaciones de insectos para sobrevivir y reproducirse a pesar de estar expuestas a dosis letales de un insecticida específico. En otras palabras, los insectos resistentes son capaces de tolerar concentraciones de insecticidas que normalmente deberían matarlos.
Este fenómeno se desarrolla a lo largo del tiempo a medida que los insectos están expuestos repetidamente a un mismo tipo de insecticida. Aquellos individuos que tienen ciertas características genéticas que les confieren resistencia al insecticida sobreviven y se reproducen, transmitiendo esas características a la siguiente generación. Con el tiempo, la población de insectos desarrolla una resistencia generalizada al insecticida en cuestión.
Las estrategias para el manejo de la resistencia de insectos a insecticidas incluyen tanto la rotación de insecticidas como el uso de otras herramientas de control de plagas dentro de un manejo integrado.
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Rotación de insecticidas
Las poblaciones de insectos pueden desarrollar resistencia a un insecticida específico cuando este se utiliza de forma repetida. La aplicación constante de uno o más insecticidas de la misma clase favorece la selección, generación tras generación, de los mismos genotipos resistentes. Estos genotipos se reproducen y transmiten sus características de resistencia a sus descendientes, estableciendo así estas cualidades dentro de la población.
Implementar la rotación entre diferentes clases de insecticidas, logra reducir la presión selectiva sobre una población específica de plagas. Este enfoque disminuye significativamente la probabilidad de que las plagas desarrollen resistencia, ya que se evita la exposición constante a un único tipo de insecticida.
Cada insecticida opera mediante un mecanismo de acción específico dentro del organismo del insecto. Estos mecanismos de acción son categorizados por el Comité de Acción para la Resistencia a Insecticidas (IRAC, por sus siglas en inglés). Al alternar entre diversos mecanismos de acción, se aborda el control de plagas desde múltiples frentes, lo que complica su capacidad para desarrollar mecanismos de resistencia.
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La rotación de insecticidas se presenta como una estrategia crucial para proteger el medio ambiente al distribuir equitativamente la carga química y mitigar los riesgos asociados con la acumulación de residuos en suelos y aguas. Al manejar poblaciones susceptibles a múltiples mecanismos de acción, se reduce la necesidad de aplicaciones sucesivas y aumentos de dosis, lo que disminuye la frecuencia de tratamientos y, por ende, el impacto ambiental. Además, esta práctica contribuye a preservar la diversidad de enemigos naturales en el entorno agrícola, favoreciendo así el equilibrio del ecosistema del cultivo y fortaleciendo el control biológico por conservación, lo que resulta en un manejo más sostenible de plagas y una menor dependencia de productos químicos.
Consejos prácticos para la rotación de insecticidas
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1. Conozca los Mecanismos de Acción:
- Familiaricese con los distintos mecanismos de acción de los insecticidas disponibles en el mercado.
- Utilice la clasificación del Comité de Acción para la Resistencia a Insecticidas (IRAC) como guía para diversificar los mecanismos de acción.
2. Monitoreo Regular de Plagas:
- Realice monitoreos frecuentes para evaluar la presencia y nivel de infestación de plagas.
- Ajuste la estrategia de rotación según las condiciones específicas del cultivo y la región.
3. Varíe los Grupos Químicos:
- Rotar entre diferentes grupos químicos de insecticidas reduce la probabilidad de resistencia.
- Evite depender en exceso de una clase particular de insecticidas.
4. Adaptación a Ciclos de Plagas:
- Adapte la rotación según los ciclos de vida y estacionalidad de las plagas.
- No realice aplicaciones sucesivas del mismo mecanismo de acción.
- Priorice el uso de insecticidas cuando sea necesario y de manera estratégica.
5. Registro y Seguimiento:
- Mantenga un registro detallado de los insecticidas utilizados, fechas de aplicación y resultados obtenidos.
- Evalúe regularmente la efectividad de la rotación y ajuste según sea necesario.
Manejo Integrado de Plagas (MIP)
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El Manejo Integrado de Plagas (MIP) desempeña un papel crucial en el manejo de la resistencia de insectos a insecticidas. Esta estrategia se basa en la combinación de múltiples herramientas de control, como la rotación de cultivos, el uso de variedades resistentes, la promoción de enemigos naturales y el empleo selectivo de productos químicos. Al integrar estas medidas, se reduce la presión de selección selectiva sobre una sola táctica de control, lo que disminuye las posibilidades de desarrollo de resistencia por parte de los insectos.
Además, el MIP fomenta la diversidad biológica en los agroecosistemas, lo que contribuye a mantener poblaciones de insectos benéficos que pueden ayudar en el control de plagas. En última instancia, el enfoque integral del MIP no solo ayuda a combatir la resistencia de los insectos a los insecticidas, sino que también promueve prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.